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viernes, 10 de mayo de 2013

PEQUEÑOS DICTADORES

Dame, dame, quiero, quiero, quiero agua, quiero pan, dame bibe, dame un chicle, cómprame algo, pero ya, ahora mismo, ahora mismo.

A estos pequeños dictadores de nuestro hogar, solo les falta que les cortemos el pelo al estilo de Kim Jong Un y que les mandemos a Corea del Norte para formar parte de su ejército y ayuden así a desestabilizar más el país.

Porque a la madre desesperada también le apetecerían muchas cosas, entre ellas que apareciera por la puerta Clive Owen, pero se tiene que aguantar con lo que hay. Aguantarse, y conformarse es lo que no saben hacer los pequeños rebeldes de la guerrilla de nuestra casa. La paciencia no es un don con el que hayan nacido, o sí, pero por ahora está muy muy oculto.

Porque esos angelicales niños que parece que no han roto un plato en el colegio, se transforman como el Dr. Jekyl y Mr. Hyde cuando llegan al calor del hogar, sacando uñas y dientes y mostrando que han sido atrapados por el lado oscuro de la fuerza como Darth Vader.

Y para luchar con esos pequeños skywalker, la madre desesperada no lucha con la espada láser. No porque no le apetezca, sino porque no quiere quemar la funda del sofá que una y otra vez ha tenido que reponer debido a accidentes varios.
Así que lo que le queda para la lucha, es lo que más desarma y reconforta al mismo tiempo, un cálido abrazo a los pequeños dictadores para que vuelvan del lado oscuro de la fuerza.

Y después de la batalla librada lo que tiene que hacer toda madre desesperada es buscarse un ALICIENTE.
Cómete un huesito a escondidas de tu hij@ para que no te lo robe, ve a un Spa y prueba la ducha escocesa, o queda por fin para cenar con tus amigas y desfogaros después en un Karaoke para expulsar gritando el demonio que a veces llevamos dentro.


Puedes empezar practicando con este video y no olvides nunca QUIEN ERES.