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lunes, 16 de septiembre de 2013

VOLAR EN AVION




Dicen que el avión es el medio de transporte más rápido pero dicen también que el tiempo es relativo así que el vuelo Bilbao Madrid para el pasajero de primera clase que viaja sumido en sus pensamientos puede parecer tan veloz como el rayo de luz que atraviesa el resquicio de su ventana cada mañana pero para la madre desesperada de la fila nº 12 puede parecer una eternidad.

 
Y eso si se trata de un vuelo peninsular  porque si hablamos de un transoceánico el tiempo no vuela sino que se ralentiza tanto como los movimientos del protagonista de Matrix cuando esquiva las balas de su adversario

Y es que el periplo de la madre desesperada no comienza al sentarse en su asiento con el bebé sobre su tripa de seis meses de gestación. 

Comienza con el control de seguridad en el aeropuerto antes de acceder a la zona de embarque cuando tiene que pasar el carrito del bebé desmontado y plegado por el equipo de rayos-x, con la tarjeta de embarque en la boca, mientras apoya a su bebé como a unos nardos sobre su cadera porque las fuerzas de seguridad del Estado no tiene entre sus funciones la de sujetar a estos diminutos seres en brazos.
Claro está que el bebé acaba sentado o tumbado en el suelo porque la tercera mano de la madre desesperada no está incluida en el actual periodo evolutivo del hombre.

La ventaja hasta el momento es que las botellas de agua retiradas al resto de pasajeros se le permiten a la madre desesperada quizás para que no acabe desmayada durante el viaje, quizás para el biberón del niño. 
Incluso haciendo gala de la cortesía inglesa, en Londres hacen probar el agua del bebé a la madre desesperada para comprobar que no hay ningún tipo de sustancia explosiva o inflamable en la botella, sin saber que una madre desquiciada es peor que cualquier explosión.

Así que una vez que llega la madre a la correspondiente puerta de embarque previo cambio de pañal en el aseo habilitado para tal fin, lo último que quiere oir por megafonía es que los pasajeros de las primeras filas y las familias con niños pueden ir embarcando en primer lugar. Por qué? por qué aumentar los minutos de agonía y encierro ? que pasen el resto de pasajeros y se acomoden que serán los únicos minutos de relax y tranquilidad que tengan.

Y qué ocurre si vuelas con ryanair? que en el mostrador te exigen junto a las tarjetas de embarque el pasaporte del bebé en regla aunque el vuelo sea nacional, requisito que ha vuelto loca a alguna madre desesperada,  quedándose compuesta y sin vuelo.

Pero si la madre consigue llegar a su asiento y atarse el cinturón especial del bebé junto al suyo, colocar el chaleco salvavidas en miniatura bajo sus pies , escuchar atentamente que primero tiene que colocarse ella la mascarilla para luego colocársela al bebé en caso de despresurización de la cabina,  desplegar los útiles para el viaje en el asiento que le han dejado libre a su derecha, sólo le queda rezar para no tener que ir a visitar el minúsculo baño para otro cambio de pañal, y que los gritos de su hijo al despegar y al aterrrizar no sean como los de scream. 

Porque el oido medio de un bebé es una zona muy sensible a las cambios de presión en el avión, pero como eso no lo sabe seguramente el resto de pasajeros, la madre se prepara para todo tipo de miradas y comentarios varios, de ejecutivos agresivos, o de solteros sin hijos. 

Y el agua de la botella acaba siendo para ella, para evitar escupir fuego a alguien, aliviar las patadas del feto que se clavan en sus costillas y apaciguar al que se revuelve encima de ella intentándo liberarse de ese nuevo cinturón no homologado en la Vogue Fashion Night.

Así que si tienes que viajar en avión con niños o has viajado recientemente, haz todo lo posible para que el tiempo vuele realmente.
Busca Tu aliciente para coger fuerzas, ahora tienes giras de conciertos de Pablo Alborán, Texas, o Duncan Dhu, porque tus hijos son importantes, pero también lo eres TU.
NUNCA OLVIDES QUIEN ERES porque Sobrevivirás como dice la canción.





PD 
La aerolínea Scoot Airlines, low cost filial de Singapur Airlines ha creado un lugar en sus aviones donde estará prohibida la entrada y la ocupación de asientos por niños menores de 12 años.
Según la aerolínea, esta medida ha sido tomada para proveer un mejor servicio a los clientes, y ha denominado esta área como área de asientos exclusivos, privados y tranquilos, por los que los pasajeros mayores de 12 años pagarán un extra de 14 dólares (10 euros aprox.) en la compra de su billete.
Malasya Airlines ya restringía el año pasado la presencia de bebés en la primera clase, para después crear entre las filas 7 y 14 de sus aviones A-330-300 un área denominada Adults only, donde tampoco se aceptaban niños.
Llegará a España comentaristas?