No hace falta bajar al infierno de Dante para saber cuándo tienes al diablo delante. Un diablo que no sólo se viste de Prada, sino que se puede poner el disfraz de cerradura un domingo de madrugada, cuando la madre desesperada no consigue introducir la llave por el cierre de la puerta de su vivienda alquilada. Maletas cargadas del fin de semana junto a la puerta, niños medio dormidos en el rellano, y marido de la madre deseperada, que más que ayudar pone cara de perro apaleado. Y después de varios y eternos minutos en los que las yemas de los dedos de la madre desesperada comienzan a pasar del rojo al morado, decide llamar al seguro de hogar de la vivienda que cubre la apertura de puertas al asegurado. Porque a pesar de lo que algún padre exasperado haya dejado escrito en algún comentario de este blog sobre la madre desesperada, ésta, lejos de ahogarse en un vaso de agua, sale siempre a flote, ayudada en este caso por las notas escritas en su móvil con los datos de la póliza y de la propietaria. Pero como al Ángel Caído le gusta hacer de las suyas, y el servicio de tramitación de urgencia es de hasta tres horas, pues ahí se queda toda la tropa esperando a un cerrajero de guardia, que casualmente tenía que vivir a la máxima distancia de la vivienda de la desesperada. Una fiera jugando a la tablet, otra tirada en el sofá del portal y la más pequeña de todas repitiendo sin cesar:" cuándo llega el cerrajero, mamá." Las 4 de la mañana es buena hora para acostarse un fin de semana; pero sólo si vienes de fiesta, y no tienes que levantarte a las 7, para ganar un sueldo con el sudor de tu frente. Así que la madre desesperada seguirá buscando SU ALICIENTE yendo esta semana al Teatro Galileo a ver una película musical en la que cantas como en un karaoke hasta el final. Al aire libre y sin miramientos, incluso con precalentamientos. www.sing-along.es NUNCA OLVIDES QUIEN ERES.
El fresco y primaveral aroma de los brotes de hierba recién cortados
evocan en la madre desesperada recuerdos de su pasado tumbada bajo el
augusto sol de una playa en la costa cantábrica, donde la mayor preocupación del día
era saber si la marea estaba o no crecida.
Momentos pasados en los que controlaba la TV a su antojo sin tener a nadie a quien mirar de reojo.
Sesiones cinematográficas sentada en una señorial butaca de cine sin tener que salir al baño tres veces antes de que la película termine.
Tardes
de compras en las que se probaba prendas de ropa por doquier, sin
tener que pagar doce y devolver al día siguiente diez.
Semanas apasionantes con la bibliografía completa de Ken Follet sin olvidarse de los nombres de los personajes.
Salidas nocturnas, sin preocupación horaria, durmiendo luego del tirón, lo que ahora es ciencia ficción.
Viajes a los confines del mundo con una mochila por montera, sin llevar dentro toallitas húmedas ni tarteras.
Comidas y cenas tranquilas degustando cada bocado sin necesidad de atragantarte por no haberlo masticado.
Así que sin ser Homero, ni querer parecerlo, este blog dedica su particular Oda a aquellos momentos que no tienen que desaparecer, sino que al contrario, hay que hacerlos volver.
Busca Tu Aliciente y si vives en Madrid no olvides subir a la terraza del hotel The Principal a tomar una copa, o a probar la cocina de Ramón Freixa con dos estrellas Michelin: www.theprincipalmadridhotel.com NUNCA OLVIDES QUIEN ERES, y si quieres sonreir un rato no te pierdas el siguiente video.
La lluvia en Sevilla es una pura maravilla , o por lo menos lo es para la protagonista de My Fair lady, cuando lo repite en el film hasta la saciedad para convertirse en una fina y educada dama de alta alcurnia, pero para la madre desesperada esté donde esté, más que maravilla es una pesadilla. Con un paraguas plegable siempre en el bolso como buena bilbaína, que luego no sirve de nada cuando comienza a llover si tienes tres niños a los que proteger.
Se salva el bebé del carrito si el plástico está en su sitio. Los mayores subidos al patinete se resguardan bajo el paraguas de la madre desesperada en un periquete, y así, sin necesidad de ir al gym, la madre saca biceps, triceps y chepa, que es lo que le faltaba para celebrar la crisis de los 40.
Y si a este cuadro de Rubens, añadimos cuatro bolsas del supermercado, la experiencia de vuelta a casa se convierte cuando menos en un agotador ejercicio cardiovascular de los que te pueden llegar a ingresar. Cuando la prole crece y camina, les regala la madre desesperada paraguas infantiles que transforman a sus hijos en alegres setas andarinas, pero tan difíciles de controlar sin un pepito grillo que grite a cada uno en su oído, que la madre desesperada se decide finalmente por las capuchas de toda la vida, dejando los paraguas y carritos para una mejor vida.https://www.ortoweb.com/paraplis-sujeta-paraguas
No dejes que la lluvia pueda contigo, busca TU ALICIENTE para relajar el cuerpo y la mente.Ve de nuevo a una clase de Zumba, de Spinning o Body pump, que la operación bikini tiene que comenzar.
Si tienes ganas ya de terraza con buenas vistas en Madrid, recuerda la de la novena planta del Corte de Inglés de Callao.( Gourmet Experience Gran Vía) Pero antes de pedir tres rondas de reserva de Marqués de Riscal, recuerda que puedes descorchar una botella en la tienda o pagarla directamente en cada una de las barras de los espacios que allí encuentres, y así no haces el gamba como les ocurrió la semana pasada a tres madres desesperadas. Y NUNCA OLVIDES QUIEN ERES
Algún espíritu burlón ha debido transmitir por ciencia infusa al compañero de la madre desesperada que la visión de cualquier deporte de equipo por televisión, implica la redención de toda tarea doméstica, más aún si es fiesta.
Como Don Quijote luchando contra los molinos de viento, así la madre desesperada combate contra los gigantes de cada momento: hoy fútbol, mañana rugby y pasado baloncesto. Sin olvidar la lucha contra nuestro querido Fernando Alonso, único capaz de hacer madrugar al deportista televisivo en fin de semana, sacrificando desayuno y lo que haga falta.
Se plantea entonces la madre desesperada si el origen de su desequilibrio emocional son las fieras que corretean por la casa o el descanso continuado en el tiempo de los huevos de su pareja sobre un sofá tapizado. Porque no puede ser sano tener tanto tiempo los susodichos relajados, pudiendo llegar a convertirse en auténticos cojones de elefante africano.
Si también te ha tocado combatir esta semana, no olvides buscar tu aliciente. Vete al cine a ver la última película de Clint Eastwood-El Francotirador -o reserva una mesa en un buen restaurante con tus amigAs en www.eltenedor.es Y NUNCA OLVIDES QUIEN ERES
No hace falta bajar al infierno de Dante para saber cuándo tienes al diablo delante.
Pero como al Ángel Caído le gusta hacer de las suyas, y el servicio de tramitación de urgencia es de hasta tres horas, pues ahí se queda toda la tropa esperando a un cerrajero de guardia, que casualmente tenía que vivir a la máxima distancia de la vivienda de la desesperada. Una fiera jugando a la tablet, otra tirada en el sofá del portal y la más pequeña de todas repitiendo sin cesar:" cuándo llega el cerrajero, mamá."
